Hola a todos de nuevo!
Soy la mamá de Isaac, un niño de 9 años con TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo) Me he dirigido otras veces a vosotros con el fin de explicar mi experiencia como madre así como también las pautas que he llevado a cabo durante todo este tiempo para que mi hijo tenga un buen desarrollo cognitivo.
Es complicada esta tarea de educar, vosotros lo sabéis tanto como yo, pero es nuestra lucha día a día por conseguir sacar el mejor provecho de estos niños que se convertirá en adultos algún día.
Esta vez quiero hablaros de la adaptación de nuestros hijos a su propio entorno. Socializamos a nuestros pequeños desde el inicio de su vida, llevándolos a todas partes con nosotros, haciéndoles partícipes de la sociedad. Primero la família, los amigos, los vecinos,... para más tarde la guardería, la escuela, la ludoteca,... Debemos socializarlos lo antes posible, es cierto, pero teniendo en cuenta que el entorno es el adecuado, buscando que estén rodeados de personas que les hagan sentir lo más cómodos posible para que tenga un buen desarrollo emocional. En estos dominios existen personas con empatía, capaces de entender que el niño es diferente y se sienten conmovidos adaptando un comportamiento altruista. Desgraciadamente, hay personas que no son así, su poca capacidad de entendimiento les hace pensar que el niño está mal educado y nosotros somos unos pésimos padres. Y aunque sabemos que no es así, nos enojan estas personas que, con comentarios impropios muestran su poco juicio. Si razonar, razonamos todos, por qué no aplicamos el razonamiento? Como decía Einstein "Todos somos unos ignorantes, pero no todos ignoramos lo mismo".
Ya es complicado para un niño entender el mundo de los adultos para que estos, a su vez, se lo pongan difícil con comportamientos inapropiados.
Cierto es que han de aprender a defenderse y no estoy hablando de violencia física, sino a tener una conducta adecuada cuando otros les atacan (sean niños o adultos). No siempre vamos a estar a su lado para auxiliarles, habrá momentos que sí, cuando estemos cerca de ellos, pero habrá momentos que no, cuando físicamente no sea posible. Les va bien enfadarse para luego reconciliarse. Han de aprender a mostrar sus emociones de una manera controlada, esto no quiere decir reprimirlas, sino regularlas, es un paso más para que se vaya convirtiendo en adulto. Aquí es donde intervenimos nosotros, como padres, educándoles para ayudarlos a controlar sus impulsos.
Enseñándoles a dirigirlas más inteligentemente. Normalmente, cuando son emociones negativas (celos, miedo, envidia,...) suele ser porque creen que no se les presta demasiada atención, una especie de reclamo. Debemos hacerles entender que, en la vida, les ocurrirán cosas malas, pero que todo ello se superará y les ayudará a crecer como personas. No entenderán el por qué de las cosas y ahí es cuando nosotros, como adultos, debemos enseñarles que han de controlar sus emociones porque esta negatividad les impedirá razonar y ver las cosas con claridad.
Noe Muñoz, mamá de Isaac.
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