miércoles, 29 de agosto de 2012

EL TRASTORNO DEL APRENDIZAJE NO VERBAL

El trastorno del aprendizaje no verbal (TANV) es poco conocido y está incluido en los trastornos del aprendizaje.

En general, los niños con TANV tienen dificultades en las actividades que implican:

- coordinación fina (esto repercute en la escritura y el dibujo o rutinas como abrocharse los botones o vestirse o desvestirse)
- percepción
- orientación espacial (por ejemplo, a la hora de organizarse en una actividad escolar con papel o para construir un puzzle.
- interacción social (son poco hábiles para saber qué se espera de ellos, interpretan las frases literalmente y son ingénuos).

En cambio son niños que destacan por las habilidades a nivel de lenguaje. Tienen un vocabulario muy rico y son muy buenos conversadores.

Este trastorno fue diagnosticado por primera vez por B.P. Rourke en 1982. Hay pocos estudios epedemiológicos por lo que no podemos saber la prevalencia en la población, aunque se está investigando y se piensa que está infradiagnosticado.

CAUSAS DEL TANV:

- No es un trastorno específico en sí mismo, sino un perfil de habilidades y dificultades cognitivas y conductuales que pueden obedecer a muchas causas.

Así hay niños con una inteligencia "normal" y sin otra alteración genética o neurológica y otros niños que sí que tienen añadido otro trastorno.
De todas maneras, parece bastante probable que en todos los casos se da una alteración a dos niveles:

1/ SUSTANCIA BLANCA: son las fibras que conectan las diversas áreas de la corteza cerebral. Hay fibras que conectan áreas en el mismo hemisferio y otras que conectan los dos hemisferios. De estas últimas, la más importante es el CUERPO CALLOSO.



2/ EL HEMISFERIO DERECHO: Tiene un papel muy importante en la adquisición de nuevos aprendizajes en las primeras etapas del desarrollo del niño. Está especializado en aspectos relacionados con la comunicación como la expresión o la mímica facial, el tono y la melodía de la voz o  los gestos. También está relacionado con el procesamiento visual, la espacialidad y la coordinación motriz.

Funciones del hemisferio derecho.


Como hemos comentado anteriormente, las características del TAVN se pueden dar en algunas alteraciones neurológicas. Entre estas encontramos:

- BEBÉS PREMATUROS: El momento evolutivo en el que se encuentra el cerebro de los bebés prematuros es la causa de que la sustancia blanca sea la estructura más frágil y la que más a menudo se puede afectar. Es muy importante tener en cuenta este trastorno especialmente si en los primeros años de escolaridad presentan dificultades de coordinación motriz: un dibujo inmaduro y, en general, en las tareas relacionadas con la percepción visual y espacial y que contrastan con una buena habilidad para el lenguaje.

- HIDROCEFALIA CRÓNICA.

- EFECTOS DEL TRATAMIENTO CON RADIOTERAPIA Y QUIMIOTERAPIA

- SECUELAS DE TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS

- MALFORMACIONES DEL CUERPO CALLOSO.

- TRASTORNOS GENÉTICOS (Se han descrito en el síndrome de Asperger, síndrome de Williams, neurofibromatosis y síndrome de Turner).

DIAGNÓSTICO:

Un buen diagnóstico ha de incluir:

- Historia clínica
- Exploración física neurológica.
- Exploración neuropsicológica.
- Cuestionarios de conducta.
- Exploraciones complementarias, si lo consideramos necesario (como pruebas de imagen o estudios genéticos).

*Podéis tener más información sobre este síndrome en estos dos enlaces:



lunes, 16 de julio de 2012

EDUCACIÓN ESTIVAL

Y llegaron las vacaciones de verano... Eso también significa un nuevo cambio para nuestros hijos. Terminan el cole, la rutina del día a día y empieza a descontrolarse todo un poco.  El hecho de no madrugar, de acostarse más tarde, romper con la costumbre del curso escolar,... en resumen, modificar hábitos durante estos meses de verano puede conllevar al caos si no lo tenemos todo bien organizado. No estoy hablando de seguir a rajatabla un horario, eso ya lo hacen durante el resto del año, sino establecer un planning  en el que predominen las actividades de ocio, sin olvidar ciertas obligaciones diarias. Para ellos, toda  permuta significa nueva adaptación al entorno lo que implica un periodo de acomodación, unos días de altibajos hasta que se habitúen a la reciente situación. En estos meses que ya no hay clases, los hijos de padres trabajadores irán con los abuelos al pueblo o a la segunda vivienda de éstos, cuando no, como es el caso de Isaac, pasarán las horas en un casal d´estiu como suelen llamar aquí, en Cataluña, a los campamentos de verano.  
Este mes de mayo empezó mi duda en relación a qué tipo de centro eligiría para pasar estas semanas de julio hasta mi esperada llegada de vacaciones. Se trata de escoger un lugar que dé confianza, es allí donde seguirá la educación que ya le estoy dando en casa, que impartan valores a través de juegos y actividades para su desarrollo, esto aumentará la capacidad cognitiva y/o del lenguaje, que es adecuada para su evolución. Además, conseguir un aprendizaje a través de manualidades, excursiones, talleres de cocina, deporte,... todo ello  mediante la expontaneidad y experimentación de una mente llena de curiosidad e ingenuidad. La verdad es que estuve dudando hasta el último momento en apuntarlo al campamento de verano de la misma escuela donde está estudiando, la que estoy encantada por el acierto tan buena elección, o bien en el mismo barrio donde suele ir por las tardes. Ambos lugares me dan confianza, la duda era qué necesitaba mi hijo. Por un lado, estarían los compañeros y monitores de su colegio, un centro donde imparten enseñanza para alumnos con necesidades especiales y, por otro, estaría el esplai del barrio, donde se reúnen niños de diferentes edades escolares.
Un ambiente normalizado es lo ideal para nuestros hijos, pero también es un arma de doble filo. Hay niños que no entienden que existe la diversidad de personas, que todos somos diferentes tanto físicamente como en personalidad.  El hecho de que estos pequeños adultos no comprendan esta pluralidad puede ser debido a la educación que les dan en casa o por un  inicio de la insensibilidad, esto acarrea las consecuencias de atacar a aquel que ven más débil, burlándose e incluso agrediéndole en los peores casos. 
 Muchas veces, nuestros hijos, si son las víctimas, no verbalizan la situación,encerrándose en sí mismos y desahogando en otro momento su rabia contenida, sobretodo con quienes tienen más confianza. Suele ser con los más allegados y nosotros, sin saber el por qué de su conducta, tenemos que investigar el motivo de su enfado. Isaac suele no verbalizar emociones y/o sentimientos, es algo que trabajo día a día con él. Uno de los métodos que utilizo es la libreta de las emociones: un trozo de papel en blanco puede servir para darnos pistas de cómo ha ido el día. Sus emociones suelen salir en el momento menos esperado del día, durante la cena o antes de ir a dormir, por ejemplo. No hay que presionar, es mejor que nuestros hijos marquen los tempus, encontrarán el momento adecuado para expresarse, a su manera. Isaac lo hace de forma desordenada, mezclando frases que vamos estructurando ambos para llegar a una conclusión.  Se trata de un bloqueo, por un estado de ansiedad que  produce este hecho. Hay que tratar la situación con la mayor serenidad posible, aunque el  no poderles proteger en todo momento nos angustie por dentro. Cierto es que siempre queremos socorrer a nuestros hijos, pero debemos entender que no siempre podemos hacerlo.  Para ello, debemos de encontrar soluciones, como por ejemplo hablar con aquellas personas que se quedan a cargo de nuestros hijos para que hagan de mediadores y nos faciliten el poder evitar una nueva situación de conflicto. Ellos, mediante su experiencia profesional, sabrán como afrontarlo y solucionar el problema. Y tomarnos esta situación como un aprendizaje para nuestros hijos, no dejarnos llevar por la rabia y la impotencia de no poder escudarles siempre. Aunque ya se sabe, las personas nos movemos más por emociones que por lógica.

Noe Muñoz.
 

jueves, 21 de junio de 2012

LLEGÓ EL VERANO!!!

Sí, ya estamos de nuevo en verano y nos vamos de VACACIONES!!!!.
Este año merecidas.
Volvemos el mes de septiembre, con las pilas recargadas.

BUEN VERANO A TODOS!!!!.




martes, 5 de junio de 2012

¿POR QUÉ ME CUESTA TANTO APRENDER?

La entrada de hoy es para recomendar un libro que me estoy leyendo, de la doctora Anna Sans Fitó, neuropediatra del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Es un libro para padres, profesores y profesionales. Está muy bien estructurado. Nos explica varios trastornos (como el déficit de atención con o sin hiperactividad, la dislexia o la discalculia) en su origen, sintomatología y proporciona pautas de actuación.

Y lo que me ha parecido más interesante es la necesidad que la autora ve en la coordinación con la familia y el trabajo en la escuela, cuando muchas veces hemos visto que es una cosa casi impensable y que cada uno tira un poco por su parte a no ser que la familia se desgaste buscando ese trabajo en equipo.

La doctora Sans comenta:

" Estás siempre en las nubes, no te esfuerzas, para de moverte... Estas son algunas de las frases que habitualmente escuchan los niños y los jóvenes que, a pesar de tener una inteligencia normal o superior a la del resto de la población, no consiguen buenos resultados académicos.

Gracias al avance de las neurociencias, hoy sabemos que estos niños y jóvenes pueden sufrir algún tipo de trastorno del aprendizaje que ha de ser tratado para evitar consecuencias a nivel personal y social. 

Este libro proporciona pautas concretas para detectar, diagnosticar y tratar niños y jóvenes con dislexia, déficit de atención/hiperactividad, con trastorno de aprendizaje no verbal, con trastorno del desarrollo del lenguaje, síndrome de Asperger o discalculia".

¿Por qué me cuesta tanto aprender?. Trastornos del aprendizaje. Dra. A. Sans Fitó. Ed. Edebé.
 

sábado, 12 de mayo de 2012

EL NIÑO ZURDO

Reproduzco esta entrada del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, donde se dan unas recomendaciones en el caso de tener hijos zurdos. Mi hija es zurda y hemos tenido que trabajar con ella la coordinación óculo-manual (recortar, abrochar botones y especialmente el trazo en la escritura). Destacar que los zurdos no se reeducan, lo importante es que los niños tengan una lateralidad cerebral bien definida, de ojo, mano y pierna. Lo podéis comprobar viendo la mano dominante, pidiendo a vuestros hijos que chuten una pelota y pedirles que miren a través de un rollo de papel.

Si vuestros hijos no siempre utilizan la misma mano se puede hacer un listado para evaluar si hay alguna preferente y en ese caso podemos trabajar para fomentar su predominancia. De todos modos, ante cualquier duda es mejor consultar con un profesional.

GUÍA PRÁCTICA PARA PADRES DE NIÑOS ZURDOS.

A la hora de educar a un niño zurdo, lo más importante es tener en cuenta que usar la izquierda es una tendencia natural, y por lo tanto no debe corregirse. Los zurdos pueden encontrarse con más dificultades de las habituales, pero esto es, simplemente, porque deben adaptarse a un mundo diseñado para los diestros.
Los niños zurdos son los que emplean los miembros izquierdos para aquellas actividades que son automáticas o que necesitan una especial precisión. Este hecho es consecuencia de la lateralidad, que es la tendencia natural del cuerpo a decantarse por uno de los dos hemisferios del cerebro. Así, una de las dos mitades del cuerpo siempre acaba teniendo dominio sobre la otra. Los estudios indican que la lateralidad es algo espontáneo y que, por lo tanto, no se educa.

Tradicionalmente, ser zurdo no estaba muy bien visto. No hay más que fijarse en algunas expresiones populares (“levantarse con el pie izquierdo”). Además, no hace muchos años la zurdera se entendía como un defecto que se curaba “con el tiempo”. No obstante, hoy en día los expertos tienen claro que se trata de una tendencia perfectamente normal, aunque eso no significa que los que usan la izquierda no se encuentren con ninguna dificultad. Se calcula que son un 10% de la población, y eso significa que tienen que adaptarse a un mundo esencialmente diseñado por y para los diestros, lo cual a veces puede provocar descoordinación. Ofrecemos a continuación algunos consejos para evitarlas.
1. Para aprender a escribir: Antes de entrar propiamente en la enseñanza de la escritura, debemos tener clara cuál es la lateralidad de nuestro hijo. Esta no se define de forma definitiva hasta los 6 o los 7 años. Una vez que la sepamos, procuraremos ayudar al niño a alcanzar armonía, coordinación y equilibrio, siguiendo estas pautas:
  • Comprobar el tipo de dominancia: Los niños tienen lateralidad homogénea cuando emplean la misma mano, el mismo pie y el mismo ojo como dominante en todas sus tareas. Es mejor que la lateralidad sea homogénea.
  • Mejorar la coordinación ojo/mano.
  • Inculcar las posturas correctas: Si observamos que tiene muchas dificultades es aconsejable empezar con letra tipográfica (“de palo”). La letra ligada ya la enseñaremos cuando lo natural sea escribir más rápido.
2. Para superar las dificultades: Alrededor de los diez años, la edad de consolidación caligráfica, puede aparecer una disgrafía (irregularidades en la letra, inseguridad, dolor postural, repaso de letras ya escritas, entre otras). Esto no debe preocuparnos, ya que puede ser consecuencia de haber usado técnicas inadecuadas. Por lo tanto tendremos que centrarnos en dos objetivos básicos:
  • Ganar soltura: Corregir las incorrecciones posturales, eliminar la crispación.
  • Homogeneizar la lateralidad: Consolidar la coordinación mano/ojo/pie.

3. Para lograr una progresión cómoda: Es normal que los niños zurdos experimenten algún problema entre los 12 y los 14 años, cuando la escritura ya es más fluida y empieza a aparecer el gusto por expresarse. Para superarlas es importante tener en cuenta estos puntos:
  • Buscar la simplificación y las formas ovaladas. Ello se consigue sobretodo trabajando la escritura en una pizarra.
  • Encontrar la colocación óptima mano-papel. Es preferible que la mano se sitúe por debajo de la línea, y no por encima, ya que ello implica una postura un poco forzada.
  • Entrenar la progresión y la dinámica. Eliminar la crispación y lograr las formas armoniosas.
Podéis encontrar este artículo y otros muy interesantes pinchando el enlace:
Observatorio FAROS, Sant Joan de Déu.


miércoles, 2 de mayo de 2012

TODOS SOMOS DISTINTOS

Hola a tod@s de nuevo!

¿Cuántas veces no hemos estado en un sitio público y nuestro hijo nos ha hecho un numerito? Eso ha hecho girar la cabeza a más de uno, oyendo algún que otro comentario desagradable y viendo miradas desconsideradas. Tenemos que aprender a mostrar indiferencia a los ojos ajenos que no entienden nuestra situación. La última que me ha hecho mi hijo Isaac fue, debido al aburrimiento de llevar un par de horas en una macrotienda de venta de muebles y objetos para el hogar, que tuvo la disparatada idea de abrir una puerta que no debía. Estábamos pasando la tarde con unas amistades y, tras un descuido mío, se dirigió hacia la salida de emergencia presionando la palanca y saltando la alarma. Volvió a mí entre risas diciendo "Mira qué he hecho!" Evidentemente, era para llamar la atención ya que le resultaba tedioso estar allí y no poder estar en el parque jugando y corriendo. A los ojos de los demás, mi hijo debería ser un niño consentido que le da por hacer travesuras.  En parte es así, no deja de ser un niño y de hacer sus fechorías, pero no consentido, sólo es que su mente no está desarrollada como la de un niño de diez años porque su cerebro trabaja de forma diferente. Sin embargo, no tengo por qué colgar una etiqueta a mi hijo, ni ir explicando a todo el mundo que nos observa que es un niño con necesidades especiales, a no ser que una situación determinada lo requiera.
 
 ¿ Discapacidad, capacidades especiales o diferentes, niños especiales,...? No sé cómo lo llamareis vosotros, existen varias maneras de nombrarlo,  Para mí, cualquiera es buena, siempre que no sea algo despectivo ni con connotaciones negativas. Ellos viven en su mundo, felices sin saber que los adultos les han colgado una "etiqueta" y con el tiempo deberán tener presente su situación ¿Cuándo es el momento adecuado de hacerlo? A mi opinión, cuando el niño esté en esa etapa que haya desarrollado suficiente capacidad cognitiva para comprender qué es lo que le está pasando. Una charla relajada, con un tono de voz adecuado y con una entonación cálida. Es tan importante el cómo decimos las cosas que lo que decimos, que exista un equilibrio entre lo que se dice y la forma en que se dice. Pensad que ellos engloban el mensaje, los gestos y el tono. No enfocarlo como un problema, sino como algo que sucedió por algún motivo. Yo no sé cuándo encontraré el momento para tener esa gran charla con Isaac, es un niño muy curioso y sé que me planteará muchas preguntas. Lo que sí que tengo claro cómo decirselo. Tengo un cuento muy bonito sobre el autismo "Cuidemos de Louis" de Lesly Ely. Haré que se lo lea, lo comentaremos y le explicaré que él, de pequeñito, era un niño con ciertas dificultades, pero que su mamá, con la ayuda de los abuelos y de personas que nos quieren, ha luchado por un futuro mejor hasta conseguir la personita que hay en él.  Y que todo ello me ha dado fuerzas para superarme día a día y que estoy estudiando la carrera de Psicología así como también colaborando para ayudar a otras famílias con situaciones similares, todo ello gracias a la motivación que me da el tenerle a él como hijo: especial, diferente, singular,...ÚNICO!!!!!
 
Pienso que hay que transmitirles que son especiales, que sus capacidades son diferentes, pero,como cualquier otra persona. Todos somos distintos. Cada uno de nosotros tenemos capacidades y discapacidades, capacidades para hacer y discapacidades para no hacer. Tenemos manías, rarezas, supersticiones,...¿Dónde está la diferencia de lo normal y lo anormal? La normalidad no es universal, todos no tenemos el mismo criterio. Sobretodo, remarcar bien alguna capacidad que el niño tenga para hacerle ver que es desigual así como potenciarla, dándole un aspecto positivo. Se trata de que él entienda que es una persona diferente, como las que tiene a su alrededor, sin ser un bicho raro dentro de esta sociedad, No se trata de hacerle sentir que tiene un virus y que ha de estar alejado de esta sociedad hasta que no se cure. Y aunque en su día le hayan colgado una "etiqueta", no es una pseudopersona, sino alguien más en este mundo, con sus rasgos personales, con su singularidad. A mi parecer, llamerles niños con discapacidad, no me parece lo más correcto. Es como si a una persona de mucha edad, la llamásemos mayor ¿mayor para qué? Quizá esa persona es capaz de hacer algo que uno mismo no es capaz de hacer.
Este es mi punto de vista como madre, podreis estar más o menos de acuerdo con mi manera de ver esta situación. Me gustaría saber alguna de vuestras opiniones, como progenitores, familiares, ... de una persona especial, diferente, singular y única. 
Un saludo,
 
Isaac y Noelia 


martes, 10 de abril de 2012

LA IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO

¡Hola de nuevo a todos!
Antes que nada, quiero dar las gracias a Mar por dejar que, una vez más, colabore en este espacio, una ciberbitácora donde cada uno de nosotros podemos aportar nuestro granito de arena para ayudar a familias que se encuentran en situaciones similiares a la nuestra. Y si me permitís que llame así a este blog, porque para mí la vida es un viaje en barco, con mar en calma o agitado, con olas que golpean contra nuestra embarcación a la que hemos dotado de una extraordinaria fortaleza para no naufragar. Y aquí anotamos toda aquella experiencia que tenemos con el fin de que otras personas puedan sentirse acompañadas en sus viajes y saber que no están solas. Quiero también daros las gracias a los seguidores de este blog, por vuestra fidelidad, así como también a los que entrais por primera vez, espero que os anime lo que leais y encontreis un punto de apoyo en nuestras palabras.

Nuevamente, quiero explicaros mi experiencia como madre de un niño de diez años con trastorno generalizado del desarrollo ¿o es espectro autista? ¿o es caracter autístico? ¿o son rasgos autistas? Con esto, me vengo a referir la importancia de "etiquetar", encontrar un diagnóstico. Más de una vez, algún padre/madre con hijos sin dificultad me ha preguntado: ¿Por qué quieres saber qué tiene tu hijo? A esto, mi respuesta ha sido: Para ayudarle, evidentemente. Es de sentido común que no existe una enfermedad, sino un enfermo y que el mismo trastorno es diferente en cada persona. Es comprensible que existe confusión entre especialistas ya que antes de definirlo han de tener toda la información posible para no errar en el diagnóstico. Dentro de una misma alteración, puede haber diferentes signos y síntomas que varían según el paciente.  Se ha de tener en cuenta que podrían estar unidos a otra enfermedad o no. Por eso, es muy importante una buena observación y exploración por parte del especialista así como la colaboración de los progenitores aportando todo tipo de datos, desde el comportamiento del niño hasta un recorrido por trastornos o enfermedades familiares, que podrían ser de caracter genético. Nuestros hijos, a parte de aquello que ya les ha venido por naturaleza, pueden haber heredado trazos de alguno de los progenitores así como otros antecesores.

Claro ejemplo de esto es mi hijo Isaac. Recibí diferentes valoraciones desde los primeros meses de su vida: hipotonía muscular con retraso de motricidad e inmadurez en las extremidades, hidrocefalia, gigantismo,... hasta llegar a Trastorno generalizado del desarrollo en la etapa escolar. Todo ha ido por ciclos. Cada vez iba recibiendo una nueva denominación, sin asegurarme que fuera el diagnóstico definitivo, los médicos y especialistas nunca daban nada por sentado:Tiene trazos de..., No se descarta que puede ser... fue lo que más he oído decirles. Por suerte, todo esto fue corrigiéndose con el tiempo, con trabajo y constancia. Ya sabeis el dicho: El tiempo lo cura todo.
A día de hoy, Isaac es un niño dulce, cariñoso, alegre, divertido, soñador, espontáneo, curioso, sociable,... ¿Trastorno generalizado del desarrollo? No creeis que cuando nos los diagnostican así es como cuando vamos al médico porque no nos encontamos bien y nos dicen Tiene  Vd un virus. Sí que es cierto que mi hijo tiene alguna dificultad que otra, pero ¿qué niño no la tiene? A que niño no le cuesta más leer, a otro sumar, a otro dibujar,... Forma parte del caracter individualizado de cada uno de nuestros hijos.  Hemos de continuar trabajando con ellos, aportándole lo mejor de nosotros mismos, siendo los mejores padres posible, dándoles mucho amor y cariño. A los que teneis más de un hijo sabreis que a cada uno se debe tratar de manera diferente porque muchas veces, siendo hijo del mismo padre y la misma madre no tienen nada que ver. Hemos de individualizar su educación, tanto dentro de casa como fuera de ella, no creeis?